El IOT se convirtió en parte de la vida cotidiana de los usuarios, ya que se puede ver presente en hogares, el internet de los vehículos (IoV), dispositivos de salud entre otros, lo que lo convierte en una parte muy importante de la transformación digital, pero paralelamente, también trae de la mano nuevos ataques y amenazas de ciberseguridad.

 

Las empresas podrían incurrir en más de cinco billones de dólares en costes adicionales y pérdidas de ingresos en los próximos cinco años como consecuencia de los ciberataques, casi el tamaño de las economías de Francia, Italia y España combinadas, según el estudio Securing the Digital Economy: Reinventing the Internet for Trust. El informe apunta a la industria tecnológica, la farmacéutica y la del automóvil como las más expuestas a los riesgos cibernéticos. Sólo la primera se juega más de 750.000 millones de dólares, por los 642.000 millones del sector farma o los 505.000 del automovilístico.

 

 

 

 

 

 

En la Estrategia Europea de Datos publicada en febrero de 2020 se recoge el previsible incremento en el volumen global de datos, que se verá quintuplicado desde 2018 hasta 2025, pasando de 33 zettabytes a 175 zettabytes. También se recoge el cambio en las formas en la que los datos son tratados, para predecir que en 2025 un 80% de los datos serán procesados en dispositivos IoT conectados, frente al 20% que se procesaba en 2018.

 

En este mundo hiperconectado la informática de bajo costo, big data, la nube, las tecnologías de dispositivos móviles entre otros, pueden compartir y recopilar información con una mínima intervención humana. Los sistemas digitales pueden grabar, supervisar y ajustar cada interacción entre los dispositivos conectados.

 

Por lo que se amplía la huella digital de las personas a la vez que gran parte de los aspectos de su vida se ‘datifican’, de forma que, si se considera la cada vez mayor capacidad para correlacionar, vincular y establecer relaciones causa-efecto, el perfil que pueda construirse sobre una persona puede alcanzar una gran exactitud y profundidad, abarcando no solo aspectos parciales sino la globalidad de la persona.

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IOT en los Hogares

En el caso de IoT en los hogares, la necesidad de poder construir edificios inteligentes que hagan un uso mucho más eficiente de la energía, con el fin de optimizar el uso de los recursos naturales, trae consigo el uso de nuevas tecnologías, que se encuentran habilitadas para estar conectadas a redes de comunicación, no solo de manera local, sino que también se están integrando en sistemas fuera del perímetro de cada edificio, creando una red inteligente. Muchos de estos dispositivos inteligentes habilitados para internet no cuentan con una seguridad optima, lo que los convierte en blanco de ataques que podrían interrumpir el uso u operaciones normales y crear problemas de seguridad.

 

A medida que aumenta la cantidad de dispositivos que pueden conectarse entre sí, también aumenta la cantidad de personas maliciosas que tienen como objetivo intentar comprometer estos dispositivos o ganar dinero causando estragos. Es por esta razón que los sistemas de seguridad se deben desarrollar de la misma manera y al mismo ritmo que todos estos nuevos sistemas inteligentes.

 

Los escenarios de riesgo difieren entre las empresas que fabrican y venden sistemas con capacidad de comunicación y las empresas que son usuarios de estos dispositivos. Para evaluar de una forma integral los riesgos que trae consigo la adopción de IOT, es de vital importancia considerar numerosas áreas de riesgo de negocio, operativo y técnico.

 

Los riesgos del negocio se basan en el manejo de los siguientes aspectos, Salud y seguridad, Cumplimiento normativo, Privacidad del usuario, y costos inesperados. Para los riesgos operacionales se destacan los de acceso inapropiado a la funcionalidad, y dentro de los riesgos técnicos se destaca el hecho de que la interconexión de dispositivos aumente exponencialmente a medida que la tecnología se afianza en el uso cotidiano supondrá un gran tráfico de datos que afectará en gran medida a las infraestructuras que existen actualmente, asi como un aumento de los riesgos, lo cual debe ir acompañado de una evolución paralela de los sistemas de seguridad para los sistemas IoT.

 

 

La sociedad interconectada hasta el último extremo de la palabra no solo supondrá un cambio a nivel tecnológico sino a nivel personal de individuo, donde la mentalidad y forma de vida cambiará totalmente para adaptarse a la nueva forma de pensar, trabajar, y realizar tareas cotidianas.

 

GSG asesoramos y acompañamos a la empresas para hacer frente a estos riesgos enfocándonos en garantizar el aumento de valor en sus procesos de negocio, gestionando y mitigando los riesgos que supone la digitalización y la transformación digital de nuestros clientes.